domingo, 21 de diciembre de 2008

El Rey del baile

Suena la música en el Valle de la Murta y la Casella. Y allí se encuentra Él, majestuoso pero un tanto descuidado, vigilando la historia de Alzira.

Probablemente no hayan oído hablar nunca del Monasterio Santa María de la Murta. Enmarcado en un paisaje natural de excepción, esta joya arquitectónica del siglo XIV es un monasterio del que se conoce prácticamente poco.

La música empezó a caballos entre los siglos XIV y XV, cuando un caballero alcireño, Arnau de Serra, donó las tierras que poseía en el valle de la Murta con la condición de que se estableciera en el monasterio la orden de los Jerónimos. Pause. La desamortización de Mendizábal obligó a clausurar el convento en 1835.

Pero el pause se convirtió en una canción sin terminar. Como aquellas canciones que quedan en el olvido. Poco a poco el monasterio se fue desgastando hasta quedar en ruinas. Una joya de la que sólo subsiste la Torre de las Palomas, paredes maestras, arcos torales y el puente de Felipe II.
Quizá sea ese estado ruinoso y su enclave en la Murta lo que le hace verdaderamente especial, convirtiéndose en una visita obligada.



Disco de Oro
Alzira no iba a permitir que el Rey cayera en el olvido. Los ministerios de Cultura y Fomento invertirán 225.000 euros en la recuperación de la Torre de las Palomas.
Además la Generalitat donará 1,7 millones de euros en la recuperación de la iglesia, la torre y el claustro del antiguo convento de los Jerónimos.

Una magnífica noticia para un Monarca que hace muchos años hizo de su pista un gran escenario arquitectónico. Y ahora, ¿qué menos que recuperar parte del patrimonio de Alzira?
¿Bailas?

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