domingo, 21 de diciembre de 2008

El Rey del baile

Suena la música en el Valle de la Murta y la Casella. Y allí se encuentra Él, majestuoso pero un tanto descuidado, vigilando la historia de Alzira.

Probablemente no hayan oído hablar nunca del Monasterio Santa María de la Murta. Enmarcado en un paisaje natural de excepción, esta joya arquitectónica del siglo XIV es un monasterio del que se conoce prácticamente poco.

La música empezó a caballos entre los siglos XIV y XV, cuando un caballero alcireño, Arnau de Serra, donó las tierras que poseía en el valle de la Murta con la condición de que se estableciera en el monasterio la orden de los Jerónimos. Pause. La desamortización de Mendizábal obligó a clausurar el convento en 1835.

Pero el pause se convirtió en una canción sin terminar. Como aquellas canciones que quedan en el olvido. Poco a poco el monasterio se fue desgastando hasta quedar en ruinas. Una joya de la que sólo subsiste la Torre de las Palomas, paredes maestras, arcos torales y el puente de Felipe II.
Quizá sea ese estado ruinoso y su enclave en la Murta lo que le hace verdaderamente especial, convirtiéndose en una visita obligada.



Disco de Oro
Alzira no iba a permitir que el Rey cayera en el olvido. Los ministerios de Cultura y Fomento invertirán 225.000 euros en la recuperación de la Torre de las Palomas.
Además la Generalitat donará 1,7 millones de euros en la recuperación de la iglesia, la torre y el claustro del antiguo convento de los Jerónimos.

Una magnífica noticia para un Monarca que hace muchos años hizo de su pista un gran escenario arquitectónico. Y ahora, ¿qué menos que recuperar parte del patrimonio de Alzira?
¿Bailas?

jueves, 11 de diciembre de 2008

Cura sana, culito de rana


Con el objetivo de mantener la salud de los ciudadanos y no la de curar enfermedades nació en 1999 el Hospital Universitario de La Ribera, situado en la capital de la comarca, Alzira. Un centro que se enmarca dentro del Departamento 11 de Salud, compuesto por 29 núcleos de población que acogen a alrededor de 240.000 habitantes.

Este departamento, antes llamado Área 10, y que coincide con la magnitud de la la comarca valenciana de la Ribera, era el único de la Comunitat que no disponía de hospital por lo que los ciudadanos ribereños tenían que desplazarse hasta los centros hospitalarios de Valencia (a más de 50 km de Alzira) para recibir atención sanitaria, en muchos casos emergencias.

Sin duda, la construcción de este hospital había sido desde hacía muchos años un proyecto de difícil consecución para los políticos. Pero más importante era la necesidad que despertaba para ellos el disponer de un centro que atendiera no sólo las enfermedades, de las que se ocupaban los Centros de Salud, si no también de realizar investigaciones para las enfermedades más extrañas, innovar en los intrumentos utilizados en quirófano y ofrecer la oportunidad de realizar prácticas para los estudiantes de Ciencias de la Salud de España.


Vacuna contra la cocaína
A principios de semana, todos los medios de comunicación se hacían eco de la noticia sobre la vacuna contra la cocaína. Unas pruebas que se realizarán sobre adictos a esta sustancia durante el primer trimestre de 2009 en ocho centros sanitarios de nuestro país.
El Hospital de la Ribera acogerá 20 pacientes, de los 150, de edad comprendida entre 25 y 45 años, ya adictos a la cocaína.

El objetivo de estos ensayos consiste en crear una vacuna que genere anticuerpos que combatan los efectos de esta sustancia en los adictos.
Así, al inyectar moléculas más pequeñas que las de la cocaína, el paciente no sentirá el efecto exicitante, estimulante o relajante de esta droga, al no llegarle las partículas de cocaína al cerebro.

Un trabajo de investigación que tratará de reducir la necesidad de consumir una droga que reúne a álrededor de 2 millones de adictos en España (según datos de la fundaciín FIMABIS de Málaga), situando en primera posición a nuestro país en el consumo de este estupefaciente.


Un nuevo proyecto con el que nos sorprende la Sanidad Pública de nuestro país que cuenta con la participación del Hospital de La Ribera que, en sus casi 10 años de vida, se coloca como punto de referencia en el ámbito de la Salud de España y de algunos países europeos. ¡Enhorabuena!



Fuente información vacuna contra cocaína: http://www.levante-emv.com

domingo, 7 de diciembre de 2008

Falles, Traques i Bunyols


"Alzirenys, Alzirenyes... Ja estem en Falles!"

Seis palabras mágicas que inundan de felicidad a miles de alcireños en el mes de marzo. Y es que las Fallas son las fiestas reinas del municipio. Unas palabras pronunciadas por las falleras mayores de Alzira en el acto de la Cridà, que marca el inicio de las fiestas.

Declaradas Fiestas de Interés Turístico Nacional, Alzira es la segunda potencia mundial en Fallas, por detrás de Valencia. 36 comisiones y 72 monumentos llenan de color y olor a pólvora la capital de la Ribera Alta.

Estas 36 comisiones se dividen en cinco secciones según el presupuesto que se gasten en los monumentos: Sección Especial, 1ª Sección, 2ª Sección, 2ªB Sección y Tercera. Así, la comisión que más dinero invierta en la falla, ocupará una sección más elevada. Incluso hay comisiones que gastan más dinero en el monumento infantil que en el grande.

Las fallas que consigan alzarse con el primer premio de la Sección Especial, en monumento infantil y grande, serán consideradas como las Mejores Fallas de Alzira, quemándose las últimas el día de San José.

Todas las comisiones están coordinadas con la Junta Local Fallera de Alzira, que no planta falla pero que está presente en todos los actos y, cómo no, en la Cremà de las Mejores Fallas de Alzira. A la cabeza de la Junta Local Fallera se encuentran las Falleras Mayores de Alzira. Este año el título ha recaído en Carla Andrés, como Fallera Mayor, y Esther Marco, Fallera Mayor Infantil de Alzira y Reginas de las Fiestas.

96 horas de fiesta sin parar
Las Fallas empiezan el día de la Cridà cuando las Falleras Mayores de Alzira pronuncian el discurso anunciando la llegada de las fiestas en el balcón del ayuntamiento y ante los centenares de falleros que se reúnen en la Plaça del Carbó. Normalmente la Cridà se realiza el primer sábado de marzo.

16, 17, 18 y 19 de marzo. Apunten esas fechas en el calendario. Son los días grandes de las fiestas. El 16 de marzo es el día de la Plantà, donde todas las comisiones deberán tener plantados los monumentos, además de las luces y el césped que decoran las fallas.

Al día siguiente, el jurado de la Junta Local Fallera se paseará por todas las fallas para realizar la entrega de Premios por la tarde, con la presencia de todos los falleros en el Ayuntamiento.

Quizás sea el día 18, la jornada más emotiva pues por la tarde se realiza la entrega de flores a la Virgen del Lluch, patrona de Alzira. Todas las comisiones recorrerán las principales calles de la ciudad para terminar la ofrenda en el corazón de la ciudad.

La Cremà. Coincidiendo con el día del Padre y Sant Josep también es la jornada que pone fin a las fiestas por excelencia de la provincia de Valencia. Los 72 grandiosos monumentos quedarán relegados a cenizas en pocas horas.

Pero las Fallas son mucho más que cuatro días. A lo largo del año, cada comisión realiza las presentaciones y el Nomenament de sus Falleras Mayores, fiestas de sectores (divididas por barrios), fiestas de disfraces, berbenas, Cavalcada Multicolor (desfile de disfraces), Concurso de Paellas...

Valencians, alcem-se en peu. Tan sols dos mesos per a Falles.

jueves, 4 de diciembre de 2008

El Mini-Gobierno de Alzira

Alzira será considerada Ciudad Amiga de la Infancia, cuatro años más, por su labor en favor de los derechos de los niños. Una distinción que le ha otorgado la plataforma solidaria Unicef y que coloca a la capital de la Ribera Alta como única ciudad de la Comunitat con este distintivo.

El compromiso de cooperación firmado por Elena Bastidas, alcaldesa de Alzira, y Nidita Guerrero, presidenta del Comité de Unicef en su delegación en la Comunitat Valenciana, tiene la finalidad de difundir y hacer cumplir la convención de derechos de la infancia en la ciudad.

Los niños también gobiernan
En noviembre de 2000, nació en Alzira un órgano municipal donde la voz de los niños es lo más importante. Se trata del Consell Municipal de Xiquets i Xiquetes formado por 28 representates de los centros de Educación Primaria y 24 jóvenes de los institutos de Educación Secuandaria de Alzira. La finalidad de esta propuesta es garantizar al Ayuntamiento el punto de vista de los niños sobre los problemas de estricto intesrés infantil e incluso también tratar los temas de la ciudad que repercuten en la vida social y colectiva.

Así, cada 20 de noviembre, se realiza un pleno extraordinario infantil en el Ayuntamiento, presidido por la primera edil de Alzira, Elena Bastidas, y contando con la presencia de los concejales de la ciudad.

Consell Municipal de Xiquets i Xiquetes

En las diferentes sesiones que realizan durante cada ejercicio proponen diferentes soluciones a los dirigentes de cada concejalía para mejorar la situación de la ciudad.

Proponen más mano dura por parte de la Policía Local en los diferentes centros de estudios así como también en actuaciones más cotidianas como el estacionamiento de vehículos en los pasos de peatones, los dueños de perros que dejan por la calle el excremento de su animal y más vigilancia en el Parc de l'Alquenència. A la concejala de Medio Ambiente, Carolina Lillo, le han propuesto que aumente el número de contenedores de reciclaje y zonas verdes en el centro, la instalación de placas solares para aprovechar la energía renovable así como campañas que realizan un exhaustivo trabajo de limpieza en el río Júcar. Creación de centros comerciales en el centro de la ciudad, pistas de patinaje y zonas deportivas que estén abiertas al público también los fines de semana.

Sin duda, un consejo de tamaño S pero con propuestas XXL. Un MiniGobierno que reúne las opiniones de todos los niños de Alzira y que además abarca temas que influyen en el correcto funcionamiento de la ciudad. Porque la voz de los niños también cuenta y no sólo para tararear el "Corro de la Patata".

domingo, 30 de noviembre de 2008

Valencià, més que una llengua


Quién le iba a decir a la editorial alcireña Bromera que en 1988 cuando decidieron crear unos premios literarios con la finalidad de fomentar el uso del valenciano se iban a convertir, 20 años después, en uno de los certámenes más importantes de España.
En Otoño, la cita. Y Alzira, el lugar.
Los premios literarios Ciutat d'Alzira se dividen en seis categorías. Por un lado, el premio de novela con una dotación de 36.000 euros, el de poesía Ibn Jafadja con 6.000 euros de premio y el XII Premio de narrativa juvenil patrocinado por Bancaixa con un premio de 14.500 euros. Otros de los premios son: el XIII Premio Europeo de Divulgación Científica dotado de 18.000 euros y patrocinado por la Universitat de València, el IX Premio de Ensayo de la Mancomunitat de la Ribera Alta con un premio de 9.000 euros y el XII Premio de Narrativa Infantil de Vicent Silvestre donde los participantes optan a los 3.500 euros en un galardón que patrocina la editorial Bromera.

Josep Ballester
Este año y, por primera vez en 20 años, el premio de novela Ciutat d'Alzira se ha quedado en casa. El alcireño Josep Ballester recogió el pasado 14 de noviembre el premio de novela Ciutat d'Alzira, el galardón por su novela El col.leccionista de fades. Una novela de intriga donde el lector irá descubriendo la intimidad de un joven profesor de matemáticas , que siente una gran atracción por los niños, a través de las cartas que éste le escribe a Sigmund Freud, padre del Psicoanálisis.

Més enllà dels somnis
130 kilómetros separan Alzira de Monòver, una localidad perdida entre las montañas del interior de la provincia de Alicante. Seguro que estarán pensado, ¿qué tiene esto que ver con Alzira y con los premios literarios?
Bien. Mucho. Y es que una compañera de 3.º de Periodismo de la universidad Miguel Hernández se presentó a los Ciutat d'Alzira en la modalidad de novela. Lydia Yuste, con su primera novela, Més enllà dels somnis se presentó al certamen alcireño porque "es uno de los premios más importantes del país valenciano, me gusta mucho escribir, y más si es en mi lengua", afirmó la estudiante monoverina. "Sabía que no iba a ganar puesto que se presentan grandes escritores con una larga experiencia en el mundo de las letras, pero es una experiencia más que no dudaré en repetir en próximas ediciones", añade Lydia Yuste.

20 años desde que Bromera decidiera crear un certamen humilde que reconociera el valor de la cultura valenciana, que ayudara a que no cayera en el olvido. Ahora, se ha convertido en cita obligada para los grandes escritores valencianos y que llena de orgullo a la ciudad. Quién le iba a decir...



miércoles, 26 de noviembre de 2008

Khalid Lafichar


Abandonó Rabat para tener una vida mejor en España. Sin dinero y con lo puesto se montó en una patera en una localidad a caballo entre Ceuta y Melilla, Ksar Sghir.

Dos razones son las que mueven a cientos de marroquíes cada día a dejar atrás sus países de origen para encontrar en el nuestro una mejoría en sus condiciones de vida: el malestar que se respira en Marruecos y la "buena" imagen que ofrecen aquellos que vuelven a Marruecos tras su "triunfo" por Europa.

Esta última razón fue la que motivó a Khalid Lafichar a emigrar a España. "Veía a mis amigos que volvían con coches, ropa y mucho dinero. Allí no me faltaba nada, pero podía estar mejor".

3 horas de travesía hasta llegar a Tarifa y 32 hombres en la patera. "Se me hizo una eternidad, sólo quería llegar. Además, la patera se movía muchísimo a causa de la marea y tuve que conducirla en un tramo del viaje". Hasta que la patera de Khalid llegó a Tarifa. Las costas de esta localidad gaditana están repletas de acantilados en los que se esconden las pateras, aunque la zona está muy vigilada. "Llegamos a una playa salvaje y con poca luz, aunque eso no impidió que a algunos de mis compatriotas les cogieran". Consiguió escapar.

15 días estuvo escondido entre los matorrales de una montaña cercana al lugar donde abandonó la patera. Al límite. "Comía lo que fuera, lo que fuera".


Para trasladarse a Valencia desde Tarifa con coche y con cuatro inmigrantes ilegales como él le pedían 700 euros. "Tenía claro que no iba a pagar todo ese dinero. Primero porque no lo tenía y segundo porque yo había venido a España a ganar 700 euros, no a pagarlos". Pero se montó en el coche, hasta que en un despiste del conductor y a la altura de Vélez-Rubio (Almería) se bajó del coche, sin pagar. Sin dinero pero lejos de Tarifa. Era lo importante.

Como también eran importantes aquellos que se quedaron en Rabat, su familia. "Madre, estoy vivo". Esas fueron las primeras palabras que escuchó de su hijo tras estar 23 días sin tener ninguna noticia suya. "Mi padre se enteró cuando ya me había ido. No se preocupaba tanto porque confiaba en mis posibilidades de salir hacia delante, fueran las condiciones que fueran".

Hasta que llegó a Alzira. No fue fácil. Antes estuvo trabajando como agricultor en Almería, Crevillente, Alicante, Valencia y Huelva. Sin papeles. "Alzira suponía un nuevo reto, era mi última esperanza. Si España era tal como lo había pasado en esas ciudades, iba a volver a Rabat". Ser un indocumentado era peligroso para él. Vivía con miedo.

"Tras unos cuantos meses trabajando en un lavadero de coches, mi jefe me tramitó los papeles. Y respiré tranquilo". Recaudó algo de dinero y fue mejorando poco a poco sus condiciones de vida en España, aunque seguía durmiendo en el lavadero.

Ahora, tras cinco años en nuestro país, Khalid Lafichar recuerda, con lágrimas en los ojos, una aventura que empezó un día en que se levantó soñando con una vida mejor en España. Tiene papeles, un contrato fijo y un buen trabajo. "Ahora estoy feliz. Pero no te puedes imaginar lo que es vivir así: comer de los restos de comida de un restaurante, dormir sin un techo que te proteja, no saber el idioma y estar lejos de los tuyos en un país que no es el tuyo. Es muy duro". A los dos años de residir en España, regresó a Marruecos a visitar a su familia. "La gente me veía bien, con coche, ropa y dinero. Tal y como yo había visto a aquellos en los que me fijé para emigrar a España. La diferencia es que yo no les miento, les digo la realidad. Marruecos es un país muy desigual donde no hay clase media, o eres muy rico o te mueres de hambre. El trabajo funciona por enchufe, aunque tengas estudios".

Y aquí termina un pedacito de la aventura de Khalid. Un pedacito porque ni el espacio ni el tiempo serían capaces de que escribiese las penurias que este marroquí de 31 años tuvo que pasar para hacerse un hueco en España.

Una historia que refleja otras miles de personas como él, que sufren el calvario y la esclavitud para mejorar su vida. "En la televisión aparece sólo una parte de todo lo que sufrimos en las pateras. Es un reflejo, pero la realidad es mucho más dura".

"A pesar de todo, no me arrepiento de haber venido a España. La vida es así. Se trata de seguir".

domingo, 23 de noviembre de 2008

El pulmón de Alzira


Respiro. Abro los ojos. Estamos en el paraje natural de la Murta. Apenas a unos kilómetros de la ciudad, nos encontramos con una sierra protegida por los picos y crestas del Cavall Bernat, la Creu del Cardenal y la Ratlla y el observatorio forestal de l'Ouet donde las comarcas de la Ribera Alta y Baixa quedan a nuestros pies.
La Murta y la Casella son dos de los parajes naturales más emblemáticos de la naturaleza valenciana. Y es que el paraje de la Murta tiene un microclima que favorece la aparición de especies vegetales tales como los fresnos de flor, carrascas, espino albar, madroños y bosquetes de laureles. Además de esconder entre sus valles la joya arquitectónica de la ciudad, el monasterio de los Jerónimos de Santa María de la Murta (XIV-XV), ahora en reconstrucción.




¿De qué nos sirve respirar si a todos nos falta el aire? Una iniciativa de una multinacional farmacéutica reforestó este fin de semana una hectárea de especies autóctonas como la carrasca, el lentisco y el pino. Respiro. Abro los ojos. Y allí estaba yo viendo cómo los más pequeños se disponían a plantar las semillas que los voluntarios les daban. Tal y como lo hice yo hace diez años.

Respiré tranquila cuando volví a visitar la Murta. A pesar de los años que habían pasado desde aquel día que planté el árbol, todo seguía igual. Incluso el paraje contaba con mayor vigilancia para evitar algún incidente. Me sentía orgullosa de ver cómo empresas multinacionales como Boehringer Ingelheim y Toyota se conciencian de la importancia de cuidar nuestro entorno. Y lo que es más importante, ver a los alcireños participar en iniciativas que implican mejorar el aspecto del que se ha convertido en el pulmón de Alzira.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Kilómetro Cero


120 kilómetros por hora. A-7 dirección Alzira. A lo lejos se asoma la ermita de Ntra Sra del Lluch en la cima de la Muntanyeta de Sant Salvador. Majestuosa.

Mis 50.000 razones fueron los verdaderos artífices de la construcción de esta ermita entre 1927 y 1966, que sustituyó a la del Salvador en la función de coronar Alzira. Los verdaderos artíficies, porque sin las aportaciones ciudadanas no se hubiera podido financiar la construcción de un santuario que se ha convertido en todo un símbolo de la ciudad.

Esta ermita de estilo neorrománico esconde en su interior la escultura de la patrona de Alzira, la Virgen del Lluch, obra de valenciano Antonio Ballester. Así, durante las fiestas de Ntra Sra del Lluch, en septiembre, los alcireños recorren con la Virgen las principales calles de toda la ciudad terminando la procesión con una ofrenda floral y una misa en el santuario que lleva su nombre.

La pantanada de Tous en 1982 inundó por completo Alzira. La mayor desgracia natural que sufrió la ciudad, donde además de causar cuantiosos daños materiales, apagó la vida de decenas de alcireños. Tanto fue la magnitud del desastre que su Santidad el Papa Juan Pablo II y S.M. los Reyes de España acudieron al santuario (único lugar donde el agua del pantano no alcanzó) para consolar a los afectados y ver el estado en el que había quedado la población tras la inundación.


Desde el santuario podemos ver toda la ciudad y las sierras que abrazan Alzira. Hasta el Júcar. Y localidades cercanas. Un auténtico privilegio para los alcireños. Y para todos aquellos que deseen visitarla.
1 kilómetro por hora. Muntanyeta de Sant Salvador. La observo. Pero no estoy sola. Decenas de alcireños la acompañan cada día. Como yo ahora. Aunque esté a 143 kilómetros de ella y a 0 kilómetros por hora.

sábado, 15 de noviembre de 2008

El paseillo de Kike Tortosa

Cambió el capote y la espada por un balón de fútbol. Dejó de pasearse por la guardería con el pasodoble de fondo para recorrer las bandas de Segunda División. Y ahora nadie le torea.

Enrique Tortosa García, “Kike Tortosa”, nació en Alzira hace 25 años. Y desde hace tres temporadas juega en el Albacete Balompié como lateral derecho.
Trabajo, constancia y sacrificio. Las claves de su éxito. Kike Tortosa se formó en las categorías inferiores de la UD Alzira hasta juveniles, donde empezó a entrenar con el primer equipo, en 2ª División B. La temporada siguiente jugó en el juvenil División de Honor del Valencia CF mientras alternaba sus convocatorias en la Selección Valenciana.
Tres temporadas disputó en Tercera División en el primer equipo de la UD Alzira y otras tres en Segunda Divisón B con el Benidorm CD. Hasta que llegó a su equipo actual, el Albacete Balompié. En 2006, firmó un contrato por dos años en el club manchego y el pasado verano renovó por uno más.

Primera cornada
Mayo de 2007. Numancia-Albacete. "Sin duda, el peor momento de mi carrera futbolística". Kike Tortosa sufrió la lesión conocida como "Tríada" (rotura del ligamento interior, menisco externo y esguince en el ligamento lateral interno) y fue operado de inmediato por el doctor Vellando en el hospital Ntra Sra del Rosario de la capital albaceteña.
"El proceso de recuperación fue muy duro, pero más duras eran mis ganas de volver a pisar un terreno de juego". Un tiempo que rompió su trayectoria profesional pero que, "te sirven para crecer como persona y valorar cosas que antes no hacías". Además contó con el apoyo de todos sus compañeros que no sólo le visitaron en el hospital si no que, "en el Carlos Belmonte, mis compañeros saltaron al terreno de juego con una camiseta en la que se podía leer, Ánimo Kike. Sabía que contaba con el apoyo de mis compañeros y de la afición, y eso es muy importante para un futbolista".
Ahora, ya recuperado de su lesión, el lateral alcireño recuerda las grandes tardes de domingo, "Un partido especial fue cuando jugué contra el Cádiz en el Ramón de Carranza, un campo histórico y un ambiente espectacular, encima estoy contento del partido que hice". Pero sigue fiel a sus raíces, "Cuando tenía 16 años debuté en el primer equipo de la UD Alzira contra el Alberic. No era un partido oficial, pero defender los colores del que había sido mi equipo toda la vida, y de mi ciudad, fue muy importante".
Y analiza la situación del Alba esta temporada, "tenemos el mejor equipo de los dos últimos años, estamos muy unidos y la afición está contenta. ¿Qué más se puede pedir?", concluye el lateral.

Y aquí termina esta tarde de toros en la que esperamos que Kike Tortosa salga por la puerta grande del Carlos Belmonte. Suerte.

martes, 11 de noviembre de 2008

Matrimonio sin hijos


Primera parada, el Júcar.
"La única preocupación era si llovería al mismo tiempo en las montañas de Cuenca. Si bajaba agua de allá, la inundación sería cosa seria. Y los curiosos hacían esfuerzos al anochecer por adivinar el color de sus aguas, temiendo verlas negruzcas, señal cierta de que venían de la otra provincia [...]", Vicente Blasco Ibáñez, Entre Naranjos (1900).

Empezar este viaje sin navegar por los recuerdos de lo que significa el Júcar para Alzira supondría ignorar la relación "matrimonial" que existe entre los dos. Una relación que, desde los orígenes, los ha unido hasta que la muerte los separe.

La ciudad, en sus orígenes, era una isla abrazada por el río. Fue por eso por lo que los árabes rodearon Al-Yazirat Suquar con las murallas, más que para protegerse de los enemigos, para prevenir las continuas crecidas del río.
El Júcar ha sido fuente de desgracias debidas a las periódicas inundaciones. Pero también de riquezas. Gracias al buen estado en el que se encontraba el río, Alzira se convirtió, y todavía lo sigue siendo, en una ciudad con importantes cultivos como la naranja, arroz y todo tipo de verduras. Además, de la pesca de anguilas puesto que, debido a su caudal, el Júcar era navegable a principios del siglo XX.

Bienvenidos a Alzira. No. No se trata de ningún cartel ni poste amarillo con el logotipo turístico de la Generalitat en lo alto. Es el Puente de Hierro. Una obra arquitectónica que se alza sobre el río desde 1919, sustituyendo el arco Era la entrada principal de la que, poco a poco, se fue convirtiendo en una de las ciudades más influyentes del entonces Reino de Valencia.

¿Y ahora?
"Nada. Ahora no queda nada de lo que, durante siglos, suposo el río para Alzira", afirma Enrique García, un agricultor jubilado que, cruzando el Puente de Hierro con su Mobilette roja granate se lamentaba por el estado actual del Júcar. "Toda mi vida ha dependido del río. Y como yo, la mayoría de alcireños. Bien por las inundaciones otoñales o por nuestro trabajo, el campo".

Lejos quedan aquellos tiempos en los que el Júcar era navegable. Aquellos tiempos en los que del Júcar se extraía arena para la construcción o se utilizaban sus cañas para la verdura. Sí, lejos. Pero Alzira y el Júcar siguen unidos. Porque, Sí Quieren.

sábado, 8 de noviembre de 2008

Al-Yazirat

Atravesé con la mirada la fría habitación en la que me encontraba. Todavía quedaban restos de aquellos primeros años de la existencia de Alzira. Las murallas que, por aquel entonces habían protegido la ciudad, se habían convertido en la esencia de esta localidad del interior de la provincia de Valencia.
Con el nombre de Al-Yazirat Suquar (la isla del Júcar), fundaron los árabes la ciudad. Y ahora estaba yo mirando aquella construcción en pleno siglo XXI.

Una mirada con 50.000 razones para descubrir cada rincón de una ciudad que esconde en sus habitantes, los verdaderos protagonistas de este blog. Más allá de la política y la economía alcireña, analizaremos las inquietudes de las 50.000 personas que residen en la capital de la Ribera Alta.


Desde la mirada de los alcireños, atravesaremos cada rincón de Alzira, deteniéndonos en sus fiestas, la historia de la ciudad y su cultura. O nos adentraremos en la mirada de los alcireños más destacados (historiadores, deportistas, actores...).

Porque las cosas varían dependiendo del cristal con que se mire. Pónganse gafas. Empezamos.